Un nuevo
hecho de violencia protagonizado a mitad de la semana pasada por las barras
bravas del Deportivo Cali y América de Cali, en el marco de un partido
pendiente por la cuarta fecha de la fase
de grupos de la Copa Águila, hizo prender de nuevo las alarmas de este engorroso tema, que durante muchos
años ha causado grandes daños y perjuicios para la sociedad colombiana. Y que a uno como periodista y observador del
fútbol, parece que no hay intención de los directivos del fútbol y del Estado
colombiano por tomar medidas drásticas a corto plazo.
Aparte de la justificada sanción a estos dos equipos
en mención, con relación a una multa
económica y a una en cuanto a la prohibición
de asistencia de hinchas, tres serán por la Copa Águila y dos por la Liga Águila; se presentó una
incoherente medida, donde se castigó a los medios de comunicación. Atribuyendo, que
los hinchas belicosos no merecían ver los partido de Cali vs Millonarios
y de Atlético Bucaramanga vs América de
Cali, por una conducta reprochable de algunos aficionados
que en términos reales son delincuentes.
Del anterior
panorama, surge un hecho relacionado con la libertad de expresión por los
diferentes medios de comunicación. Esto
demuestra que ante el afán de imponer una sanción ejemplar con efectos
inmediatos en la sociedad, se generó una enorme equivocación porque se
confundieron las responsabilidades de los hechos ocurridos. De cuándo acá, los medios informativo tienen
la culpa por los actos ocasionados por
la masa enfurecida e irresponsable, cuyo objetivo es causar malestar en el
entorno social ?.
Si se quiere erradicar la violencia y la imagen repudiable por las barras de
fútbol, la formula tiene que estar enfocada
en la individualización y
respectiva judicialización de la persona que cometió un determinado
delito. Muchas veces pensamos que los
actos violentos en el contextos futbolístico, hacen parte de una burbuja que
está muy lejana a la dinámica de la sociedad actual.
Pero es
evidente que las conductas belicosas e inapropiadas en el ambiente
futbolístico, tienen su génesis en la descomposición de la sociedad y en la relación directa que existe
entre el individuo con cada uno
de los ámbitos que integran el sistema
de un municipio o una ciudad que a su vez hacen parte de la nación.
Lo
fundamental para que esta difícil situación, que se ha vivido durante muchos
años por falta de compromiso de la Dimayor, de los diferentes equipos de fútbol,
de las autoridades locales, de las alcaldías y del Estado Nacional; se requiere
que aparezcan las personas que entiendan que el impacto social y el bienestar
general de una sociedad están por encima de los interés políticos y económicos
de un ser humano o de un determinado grupo.
La violencia en el fútbol no es ajena a la realidad social del país. Por eso el Fútbol es el Reflejo de la
Sociedad.
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