“Solo
tres personas en la historia han conseguido hacer callar al Maracaná con un
solo gesto: el Papa, Frank Sinatra y yo"
Alcides Ghiggia.
Antes de hablar
específicamente del “Maracanazo” y de
la gesta del seleccionado uruguayo
liderado por Obudilo Varela y Alcides Ghiggia, es oportuno contextualizar al
lector con lo que ocurría en Brasil y en
Latinóamerica en aquel año 1950. Después
de una dictadura militar liderada por Getulio Vargas, Brasil en el año 1950, ya
había recuperado el gobierno democrático. Cuando Vargas fue dictador, su
mandato se caracterizó por su impacto en la política y la economía
nacional y una menor incursión a nivel
local dándole continuidad a las antiguas
formas de poder, hasta inicios de la década de los 50.
Puede que
Alcides Edgardo Ghiggia, no sea recordado como uno de los
grandes jugadores de la
historia del fútbol mundial, pero
el hecho de ser
uno de los dos anotadores de
aquel mítico “Maracanazo”,
que se produjo, el 16 de julio de
1950 en Brasil, otorgándole
a Uruguay su segunda
Copa del Mundo, lo deja ya marcado, con su propia huella
en la historia del fútbol mundial.
Y como si
esto hubiera sido poco,
Dios y el destino le dio a
Ghiggia, la posibilidad de despedirse
de este mundo,
un 16 de julio,
pero de 2015 es
decir, 65 años después de la
gesta histórica lograda
por los Celestes, en la Copa Mundo
de 1950.
Contra todos los
pronósticos, y un hecho que
parecía que se salía del libreto o de lo lógico que debía acontecer
en aquel Mundial de Fútbol,
donde Brasil, que era una selección que aún, no había podido
levantar el trofeo Jules Rimet, pero que
tenía un buen equipo y grandes jugadores;
jamás se imaginó que la peor tragedia futbolística de su historia, la
viviría en condición de local y
ante 173.850 espectadores.
Y
los encargados de protagonizar el “Maracanazo”, fueron un puñado de uruguayos que
a pesar de haber ganado un Copa del Mundo, 20 años atrás, no tenían la
confianza de su propio país y en especial la de los directivos de la Asociación
Uruguaya de Fútbol, quienes afirmaban que perder por 3 o 4 goles en el último juego era
algo digno. Pero Alcides Ghiggia,
después de lograr esta gran gesta, dijo “Los de afuera son de palo”.
Así como algunos de los
participantes de aquella final entre Brasil y Uruguay en 1950, vivieron su
propio calvario en vida, hacemos referencia al guardameta Moacir Barbosa, quien
fue culpado hasta hoy, por la derrota de su selección en aquel
juego ante los Celestes, otros, como Ghiggia,
llegaron a la gloria
celestial tras haber hecho delirar a un
país pequeño en habitantes y en extensión territorial, pero grande en
pasión y en amor por la pelota, como lo ha sido
Uruguay.
Pero con relación a
Moacir Barbosa, su condena fue perpetua y esta fue adjudicaba por todo el
pueblo brasilero, que jamás olvidará este triste y funesto capitulo para la
historia de la Selección Brasilera. En
1993, cuando la “Canarinha”, se
encontraba disputando las clasificatorias para Estados Unidos 1994, Barbosa
quiso visitar a los jugadores en la concentración, pero su entrada fue
impedida. Este guardameta falleció el 8 de abril del año 2000, tras un derrame
cerebral. Su funeral se manejó con bajo perfil.
Y para finalizar esta
narración de aquel épico episodio del fútbol mundial, aquí recordamos las
formaciones de Brasil y de Uruguay.
Brasil
Barbosa; Augusto y
Juvenal; Bauer, Danilo Alvim y Bigode;
Friaca, Zizinho, Ademir,
Jair y Chico.
Uruguay
Maspoli; González y
Tejera; Gambeta, Varela y Andrade; Ghiggia, Pérez, Miguez Schiaffino y
Morán.
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