miércoles, 15 de julio de 2020

A 74 años del Maracanazo. El día en que la soberbía enmudeció al triunfalismo.


 “Solo tres personas en la historia han conseguido hacer callar al Maracaná con un solo gesto: el Papa, Frank Sinatra y yo"
Alcides Ghiggia.





Antes de hablar específicamente del “Maracanazo” y de la gesta  del seleccionado uruguayo liderado por Obudilo Varela y Alcides Ghiggia, es oportuno contextualizar al lector  con lo que ocurría en Brasil y en Latinóamerica en aquel año 1950.  Después de una dictadura militar liderada por Getulio Vargas, Brasil en el año 1950, ya había recuperado el gobierno democrático. Cuando Vargas fue dictador, su mandato se caracterizó por su impacto en la política y la economía nacional  y una menor incursión a nivel local dándole continuidad a las antiguas  formas de poder, hasta inicios de la década de los 50. 




Puede que Alcides  Edgardo Ghiggia, no sea  recordado como uno  de  los grandes  jugadores  de la  historia del  fútbol mundial,  pero  el  hecho de  ser  uno de los  dos anotadores de aquel  mítico  Maracanazo”, que se produjo, el  16 de  julio de  1950 en Brasil,  otorgándole a  Uruguay  su segunda  Copa del Mundo,   lo deja  ya marcado, con su propia  huella  en la historia del fútbol mundial. 

Y como si esto  hubiera  sido poco,  Dios y el destino le  dio  a  Ghiggia,  la posibilidad  de despedirse  de  este  mundo,  un 16  de  julio,  pero  de 2015  es  decir, 65 años después  de  la  gesta  histórica  lograda   por  los  Celestes, en la  Copa Mundo  de  1950. 

Contra  todos los  pronósticos,  y un hecho  que  parecía  que se salía   del libreto o de lo lógico que debía  acontecer  en aquel Mundial de  Fútbol, donde  Brasil, que era  una selección que aún, no había podido levantar el trofeo Jules  Rimet, pero que tenía un buen equipo y grandes jugadores;  jamás se imaginó que la peor tragedia futbolística de su historia, la viviría en condición de local  y ante  173.850  espectadores. 



Y los encargados   de protagonizar el “Maracanazo”, fueron un puñado de  uruguayos que  a pesar de haber ganado un Copa del Mundo, 20 años atrás, no tenían la confianza de su propio país y en especial la de los directivos de la Asociación Uruguaya de Fútbol, quienes afirmaban que perder  por 3 o 4 goles en el último  juego era  algo digno.  Pero Alcides Ghiggia, después de lograr  esta gran gesta,  dijo  “Los de afuera son de palo”.

Así como algunos de los participantes de aquella final entre Brasil y Uruguay en 1950, vivieron su propio calvario en vida, hacemos referencia al guardameta Moacir Barbosa, quien fue culpado  hasta  hoy, por la derrota de su selección en aquel juego ante los Celestes, otros, como Ghiggia,  llegaron a la  gloria celestial  tras  haber hecho delirar  a  un país pequeño en  habitantes  y en extensión territorial, pero grande en pasión y en amor por la pelota, como lo ha sido  Uruguay. 




Pero con relación a Moacir Barbosa, su condena fue perpetua y esta fue adjudicaba por todo el pueblo brasilero, que jamás olvidará este triste y funesto capitulo para la historia de la Selección Brasilera.  En 1993, cuando la “Canarinha”, se encontraba disputando las clasificatorias para Estados Unidos 1994, Barbosa quiso visitar a los jugadores en la concentración, pero su entrada fue impedida. Este guardameta falleció el 8 de abril del año 2000, tras un derrame cerebral. Su funeral se manejó con bajo perfil.



Y para finalizar esta narración de aquel épico episodio del fútbol mundial, aquí recordamos las formaciones de Brasil y de Uruguay. 
Brasil
Barbosa; Augusto y Juvenal; Bauer, Danilo Alvim y Bigode;  Friaca, Zizinho,  Ademir, Jair  y Chico.
Uruguay 
Maspoli; González y Tejera; Gambeta, Varela y Andrade; Ghiggia, Pérez, Miguez  Schiaffino y  Morán.





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