martes, 23 de junio de 2020

Cuento de Fútbol. Más allá del fútbol. Barca!. Barca ! Barca!


Por:  Manuel  Vázquez Montalban. 
Tomado de  ctxt.  Contexto  y  Acción.   https://ctxt.es/
Debemos luchar contra todo y contra todos, porque somos los mejores y representamos lo que representamos”(Narciso de Carreras)







Es un rumor inicial que culmina en estrépito. Las gentes salen a los balcones a presenciar el espectáculo de cincuenta, setenta, noventa mil personas que inundan todas las calles y avenidas que llevan al Nou Camp. Primero han ido llegando de uno en uno, de cinco en cinco. Ahora es un olear de cabezas agitadas por la prisa de los pies. La gente de los balcones mantiene una sutil sonrisa en los labios: tal vez se burlen de los que van al fútbol, tal vez los envidien. De momento, la sonrisa les sirve para mantener una máscara de espectadores en su palco de renta limitada, una máscara llena de civilización, de inviolabilidad de territorio soleado y digestivo, el territorio de una hogareña tarde de domingo.





En la calle, los coches encallados por las gentes y las gentes encalladas por los coches, componen una fotografía. Sus movimientos se han detenido y en sus rostros puede leerse qué esperan de esta propicia tarde de fútbol. El anciano que asiste cada domingo para confirmarse a sí mismo que nadie ha conseguido superar a Piera, Sancho, o Samitier; la señora casada que lamenta el corte de patillas de Fusté; la joven emancipada que tiene incluso una teoría freudiana-heideggeriana sobre el estar-en-el-campo de Gallego; el oficinista con cuatro años de Bachillerato que acude al campo para dar una lección crítica a los espectadores de las cercanías; el niño que utiliza la camiseta azulgrana como atuendo para estar por casa y tiene en su habitación un “poster” del equipo (ese “poster” que siempre se deja a uno u a otro de los preferidos, ese injusto “poster” que traicionó la circunstancial lesión de Fulanito); el acuarentado hombre que acude al campo para reñir a los jugadores y compensar lo reacios que son a las broncas sus propios hijos… Tópico, podrá decirse. Tipología espectadora de esta clase se ve en todos los campos de fútbol de España. Pero aguarden. No sean impacientes. En los ojales de muchas de estas personas que avanzan hacia el Nou Camp hay un escudo con cuatro barras rojas sobre fondo amarillo. ¿A que esto no lo han visto en otros campos de España? Incluso algunos niños agitan banderitas triangulares con idénticos colores. Las gentes hablan mayoritariamente el catalán, en una ciudad en que, según últimas y cultas estadísticas, hay un 40 por ciento de castellano-parlantes. Aunque ese 40 por ciento sea engañoso, porque precisamente ahí, junto al quiosco, entre el grupo que espera la señal del urbano para cruzar, surgen extrañas voces de lengua no menos extraña:








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