Tras vender a su goleador del momento y dar
tumbos en la dirección deportiva, a principios de los 90 Santa Fe cayó al fondo
de la tabla y debió luchar por la permanencia de categoría.
En las temporadas 1993 y 1994, Independiente Santa Fe
desempeñó dos paupérrimas campañas que lo llevaron al fondo de la tabla, en
medio de un desorden administrativo que dejó secuelas por muchos años y que en
ese momento lo llevaron a disputar la permanencia en primera división.
En esa época había un
solo descenso directo, que se definía por el puntaje total del año o
reclasificación, y sólo se otorgaban dos puntos por partido ganado.
En el campeonato de
1993, Santa Fe llegó a la penúltima fecha con tres puntos más que el Cúcuta
Deportivo, candidato al descenso. Con una victoria 3-0, el León aseguró su
permanencia y le dejó el tema a motilones y pijaos. En la última fecha sacó un 0-0 en visita al
Nacional en un partido de trámite, mientras que Cúcuta se quedó en primera por
sumar más partidos ganados que Tolima. Así quedó la parte baja de la tabla ese
año:
13. Santa Fe 40 pts.
14. Quindío 38
15. Cúcuta 36; 12 PG
16. Tolima 36; 11 PG
Al año siguiente,
faltando tres fechas para acabar la fase regular del torneo, Santa Fe
completaba cuatro derrotas consecutivas y el riesgo de caer a segunda seguía
latente. Con seis puntos de diferencia, recibió al colero Bucaramanga en El
Campín. Con un empate 1-1 ratificó su permanencia de categoría.
Al final, y pese a los
triunfos en las últimas fechas, el Leopardo se
despidió de categoría, mientras que el Expreso Rojo completó
el calendario con derrotas ante América y Envigado.
Así quedó la tabla:
13. Pereira 39 pts.; -9
GD
14. Santa Fe 39; -14
15. Cortuluá 38; -14
16. Bucaramanga 38; -17
Expreso descarrillado
Las irregulares
campañas de 1993 y 1994 fueron reflejo, según algunos analistas deportivos, del
desorden administrativo que afrontaba Santa Fe.
“Este fracaso deportivo
tiene nombre propio: César Villegas. Hoy el equipo no vale nada y usted tiene
una deuda con los miles de seguidores de Santa Fe. Un equipo de fútbol no es un
negocio cualquiera, es una institución de una ciudad”, juzgaron desde la redacción
deportiva del diario El Tiempo.
“En lugar de reforzar
al club con futbolistas de alta envergadura, se salió del mayor estandarte como
era Adolfo El Tren Valencia”, cuestionó, a su vez, Víctor
Rosas.
Otro factor señalado
para la irregularidad de esas temporadas fue la de la inestabilidad en la
dirección técnica, pues tuvo cinco entrenadores en tres años, con un promedio
de siete meses por cada uno. Pasaron por el banquillo cardenal Héctor Javier
Céspedes, Jorge Luis Pinto, Roberto Perfumo, Arturo Boyacá y William Morales.
Pasaron los años y el
primer campeón no volvió a estar en esa situación. Además, se modificó el
sistema del descenso en varias oportunidades, pues pasó de ser directo a ser
por “promedio” o acumulado de los últimos tres años. También se amplió el
número de equipos de primera división, pasando de 16 a 18, primero, y de 18 a
20, después, con dos ascensos y descensos por año.
Desde entonces, Santa
Fe ha ocupado en dos ocasiones el último lugar: en el 2007-2 y el 2019-1. Con
el bajo rendimiento en la temporada 2019, se reedita una eventual lucha por la
permanencia en la temporada 2020, pues, de mantenerse el formato, el puntaje lo
ubica al fondo de dicha tabla, aunque tiene aún por delante tres torneos para
reaccionar.
Con aquel periodo de
los años 90 se repiten factores como haber vendido a su goleador (el Tren
Valencia entonces, Wilson Morelo ahora) sin un reemplazo de categoría,
transiciones en la dirigencia del club e inestabilidad en la dirección técnica,
pues en los últimos dos años han pasado por el banco santafereño Gregorio
Pérez, Agustín Julio, Guillermo Sanguinetti, Gerardo Bedoya, Patricio Camps y
Harold Rivera.
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