martes, 3 de diciembre de 2019

Junior de Barranquilla Tiburón Willy



La  increíble  historia  de  la  mascota  del  Junior    
Tomado  de:  Habla  El  Balón.    

El origen del disfraz inicia hace cuarenta años, cuando un barranquillero genio, Oscar Borrás, decidió ir al estadio con un disfraz de tiburón hecho con papel maché, alambre y cartón. En ese entonces, el apodo del Junior era ‘Los Miuras’, una raza de toro bravo muy deseada en las corralejas. Y no fue sino que Óscar, integrante de un equipo de natación llamado ‘Los Tiburones’, llegara al estadio para revolucionarlo todo y cambiarle el apodo al equipo.








Entrando al nuevo siglo, el tiburón se fue poniendo viejo. Le llegaron los años y, según las directivas, perdió la gracia. Los Char, canallas, le quitaron la entrada libre al estadio —sin ninguna despedida, ni nada— y lo remplazaron con un tiburón más joven, más millenial, de plástico y además inflable: ahora sí, el propio Willy. Los bailes, la alegría y su performance costeño ciento por ciento, jubilaron, y, tristemente, tiraron al viejo de papel a la basura.




El personaje que vive dentro de él se llama Willy de La Hoz y a punta de aguante y corazón se ha ganado el amor de todos los junioristas -y de todo el país. Obvio, también, por su forma de ser: es un montador de primera y la Dimayor ya lo ha sancionado por eso:



En las últimas declaraciones del viejo de maché, el olvidado que montó la tradición y le dio el emblemático apodo al equipo, se siente el resentimiento por el moderno inflable salserín. Para él Willy no es un tiburón, apenas llega a «aborto de delfín». Y bueno


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